Y… llegaron ellos!! Nuevamente debates, acuerdos, peleas, chicanas, etc. Todo el bagaje conocido para esta época…Son los candidatos, los postulantes, que prometen, esgrimen, ilusionan, y después…si ganan, no te conocen, si pierden no te perdonan, como si la responsabilidad fuera de los otros. Cada campaña se repiten y pocos resisten el archivo, pero de cualquier modo se presentan, se renuevan, cual ave fénix, desde las cenizas,

olvidan si pertenecían a la oposición, o al oficialismo, pero son impolutos, pregunta la gente ¿olvida? O no le interesa, la preocupación: es la inseguridad, la salud, la educación, y quien tenga respuesta y de solución a tanta intranquilidad podría ganar cualquier elección, pero promesas vanas, y decisiones arbitrarias, solo hacen al descreimiento, y la desilusión.
Rompamos la paciencia, con el compromiso y la representatividad, nadie los obliga ellos quieren ser….¿Hasta cuando? Porque la insistencia en algunos…y ¡bueno ajo y agua! Eso si para nosotros que volvemos a creer en algunos personajes, aprenderemos alguna vez? Solo nos queda como siempre poner en marcha Operación Pollito (rompamos los huev….) en defensa del ciudadano.

Escribe Hugo Perez

Solo nosotros podemos cambiar la historia, solo por nuestros actos modificamos el futuro, somos artífices de nuestro propio destino, frases que solemos mencionar hasta el hartazgo en esta editorial y también en la vida cotidiana, que denotan una constante en el anhelo de transformarnos en una comunidad organizada, donde las cosas simples funcionen de manera correcta, donde no tengamos que sufrir las consecuencias de las malas decisiones tomadas por los distintos funcionarios, que sin saber cuáles son realmente las necesidades de Lima igualmente lo hacen, en detrimento de los ciudadanos.
Muchas veces lo notamos pero hacemos como se dice normalmente “la vista gorda”… con tal de no involucrarnos en cuestiones que nos comprometan, sin darnos cuenta que estamos contribuyendo una y otra vez a frenar el desarrollo de la localidad, con la única intención de favorecer nuestros propios intereses y no los de la comunidad en general.
Es por eso que la intencionalidad supera a la gestión de aquellos que enarbolan las banderas del cambio , dicho de otra forma, no vemos más allá de nuestras propias narices y anteponemos nuestros objetivos particulares y nuestro bienestar, al bien común sin darnos cuenta qué futuro le dejaremos a las nuevas generaciones , que expectativas de una vida mejor tendrán, si no intentamos torcer el rumbo de las cosas hoy , que vamos a decirles cuando nos pregunten que hicimos para cambiar el estado de las cosas.
La respuesta no es muy difícil , solo le dejaremos la incertidumbre de saber que puede existir un futuro mejor , no este del acostumbramiento a que todo da igual y que solo nos quejamos cuando pasa algo que no roza o nos involucra de cerca y no con la convicción de trabajar en pos de lograrlo, desde el pequeño lugar que ocupe cada uno de nosotros, porque no se necesitan grandes ideas y soluciones mágicas, sino tratar de acompañar los buenos proyectos , las buenas gestiones , organizarnos , dejar la crítica por la crítica misma y salir a defender los ideales de un Lima mejor , libre , independiente , con convicción y esperanza en el futuro , con participación , con buenos pensamientos y sobre todas las cosas con HONESTIDAD.